El texto: Definición, Tipos y Estructuras
El texto
El texto es una herramienta fundamental para la comunicación, un conjunto de signos con el propósito de transmitir un mensaje. Según la Real Academia Española (RAE), un texto se define como un enunciado o un conjunto coherente de enunciados, ya sean orales o escritos. Cabe destacar que incluso cualquier objeto o elemento que porte un significado puede ser considerado como un texto.
El texto impreso
Entre los diversos tipos de texto, el impreso se posiciona como uno de los más comunes. Este se caracteriza por ser un conjunto de signos codificados pertenecientes a un sistema de escritura específico, es decir, letras o representaciones gráficas del idioma que, en conjunto, dan forma a un mensaje o significado. El texto impreso resulta esencial para el estudio y la comprensión de la lectura, ya que constituye uno de los componentes clave que, junto con el lector y el contexto, permiten alcanzar una lectura profunda y significativa.
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Las estructuras textuales
Las estructuras textuales constituyen el esqueleto sobre el que se erigen los textos, brindándoles orden, coherencia y sentido. Su dominio resulta fundamental para cualquier tipo de escritura, ya sea en el ámbito académico, literario, periodístico o cualquier otra área. Estas estructuras sirven como guía para el lector, facilitando la comprensión del mensaje que se desea transmitir.
Estructura formal
La estructura formal del texto es el armazón o estructura que incluye un inicio, desarrollo y cierre, pues se compone de tres pilares fundamentales:
Introducción: Su función principal es presentar el tema central del texto y contextualizar al lector. En esta sección se introduce el problema, la pregunta de investigación o la tesis que se desarrollará a lo largo del escrito.
Desarrollo: Es el cuerpo del texto, donde se exponen los argumentos, ideas y datos que sustentan la tesis o idea central. El desarrollo debe presentar una progresión lógica, avanzando desde ideas generales hacia conceptos más específicos.
Conclusión: En esta sección se sintetizan los puntos clave del texto, reforzando la idea central y ofreciendo una reflexión final o una llamada a la acción. La conclusión debe dejar al lector con una comprensión clara del mensaje transmitido.
Ver también: Cómo hacer una introducción
Estructura semántica
La estructura semántica de un texto consiste en organización interna del texto, asegurando que este tenga sentido y fluidez para el lector. Se compone de dos elementos esenciales:
Coherencia: Se refiere a la lógica interna del texto, es decir, la forma en que las ideas se relacionan entre sí y se desarrollan de manera progresiva. Un texto coherente presenta un hilo conductor claro que guía al lector a través del contenido.
Cohesión: Se centra en los mecanismos lingüísticos que permiten conectar las ideas y oraciones dentro del texto. Estos mecanismos incluyen el uso de pronombres, conectores, referencias léxicas y estructuras gramaticales adecuadas, se relaciona con la sintaxis y el manejo del léxico. Un texto cohesionado presenta una fluidez natural y facilita la comprensión del mensaje.
Estructura gramatical o lingüística
La estructura gramatical o lingüística se encarga del uso correcto del lenguaje para garantizar la claridad y precisión del mensaje. Implica dominar los aspectos gramaticales, sintácticos y léxicos del idioma en el que se escribe. Algunos elementos clave en esta estructura incluyen:
Vocabulario preciso: La selección adecuada de palabras es fundamental para transmitir el mensaje de manera clara y concisa. Se deben evitar términos ambiguos o vagos y optar por un lenguaje preciso y acorde al contexto del texto.
Sintaxis correcta: La sintaxis se refiere a la forma en que se estructuran las oraciones y frases. Una sintaxis correcta permite construir oraciones claras y fáciles de comprender, evitando confusiones o ambigüedades.
Normas gramaticales: El dominio de las normas gramaticales es esencial para la construcción de un texto correcto y fluido. Esto incluye el uso adecuado de la puntuación, la conjugación verbal, la concordancia y demás aspectos gramaticales.
Estructuras internas básicas de los textos
Los textos pueden presentar diferentes estructuras internas para comunicar información de manera efectiva. Entre las estructuras básicas más comunes se encuentran la estructura de hechos, la estructura de problema-solución y la estructura de tesis-demostración.
- Estructura de hechos:
La estructura de hechos se utiliza para presentar información objetiva y verificable sin necesidad de demostrar un problema o argumentar una postura. Ejemplos de textos con esta estructura incluyen narraciones y noticias. En estos textos, el objetivo principal es transmitir información precisa y neutral al lector.
- Estructura de problema-solución:
La estructura de problema-solución presenta un problema o una pregunta, y luego propone una solución respaldada por argumentos convincentes. Esta estructura es común en artículos científicos, ensayos de opinión y textos argumentativos. El objetivo principal de este tipo de textos es persuadir al lector de la validez de la solución propuesta.
- Estructura de tesis-demostración:
La estructura de tesis-demostración es similar a la estructura de problema-solución, pero en lugar de presentar un problema, se afirma una idea o una postura, y se respalda con argumentos sólidos y evidencia. Esta estructura es común en textos académicos y de investigación. El objetivo principal de este tipo de textos es convencer al lector de la veracidad de la tesis planteada.
Tipos de texto u órdenes discursivos
Los órdenes discursivos son la forma en que se construyen los textos, la manera en que los autores plasman sus ideas y la materia básica con la que se edifican. Estos órdenes influyen en aspectos como la representación mental que el lector tiene de lo leído, la forma en que el texto estimula su imaginación, emociones o sensaciones, y cómo el lector se identifica con el texto.
Cada orden discursivo posee características específicas que deben respetarse para lograr el objetivo que el escritor se haya propuesto. Por ejemplo, si el autor desea contar una historia, empleará la narración; si desea convencer al lector de algo, usará la argumentación; si desea informar al lector, utilizará la exposición.
Es importante tener en cuenta que la elección del orden discursivo también está relacionada con la intención del texto. Por ejemplo, si el objetivo es entretener, se puede utilizar la narración o la descripción; si el objetivo es persuadir, se puede utilizar la argumentación o la exposición.
Ver más: Ordenes discursivos y tipos de texto
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